En este post vamos a hablar de dos formas de entrenar que son muy diferentes entre sí, pero que son complementarias. Entrenar por pulsaciones o por sensaciones no significa tener que elegir entre una y otra y descartar la desechada. Depende del momento físico que atravesamos y de los objetivos que tengamos elegiremos una forma de entrenar o la otra. Por eso explicaremos ambos entrenamientos y veremos como cada uno de ellos es válido para un momento u otro.
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Entrenar por pulsaciones
El entrenamiento por pulsaciones requiere de un estudio previo que podemos hacer nosotros por nuestra cuenta o con la ayuda de un entrenador. Lo primero que debemos hacer es tener un buen pulsómetro, ya que sin esto es imposible hacer este tipo de entrenamiento. Una vez que tengamos este dispositivo es el momento de comenzar con el estudio previo.
Tenemos que medir nuestras pulsaciones en reposo, que tienen que ser las que generamos durmiendo o estando muy relajados. Mientras que, por otro lado, debemos anotar las registradas cuando hacemos deporte y alcanzamos la Frecuencia Cardíaca Máxima (FCM). Es decir, tenemos que hacer una media, quizá durante una semana, de las pulsaciones en estado de máxima relajación y en estado de mayor actividad cardiaca.
Una vez que hayamos obtenido estos datos es hora de comenzar estos entrenamientos. El objetivo es trabajar en base a nuestro umbral anaeróbico, que es cuando los músculos acumulan ácido láctico. Esto se produce cuando estamos llegando al 85% o 90% de nuestra FCM. Quiere decir, que si nuestras pulsaciones en estado de mayor esfuerzo alcanzan las 200 ppm (pulsaciones por minuto), el umbral anaeróbico se alcanza cuando estamos llegando a las 180 ppm.
¿Por qué debemos conocer el umbral anaeróbico?
Es muy importante conocerlo para trabajar con este entrenamiento. Porque si estamos comenzando un entrenamiento en el que vamos a correr 10 kilómetros y superamos el umbral cuando solo llevamos 5.000 metros es un dato bastante malo. Ya que a partir de superar el umbral nuestros músculos rendirán mucho peor y nos cansaremos antes. El objetivo sería aguantar el máximo tiempo posible sin superar el umbral anaeróbico.
Para qué sirve esto. Sobre todo, para conocer en qué estado de forma estamos, a qué ritmo podemos correr y cuál es nuestro nivel de resistencia. Evidentemente al correr más rápido, las pulsaciones aumentan y es más fácil que superemos el umbral mucho antes. Por tanto, gracias a este entrenamiento por pulsaciones conseguiremos correr a nuestro ritmo ideal para aguantar más.
A base de entrenar, siempre con el pulsómetro, iremos viendo como a lo largo de los días los resultados mejoran. Por ejemplo, si al iniciar tenemos que correr a un ritmo de 6 minutos por kilómetro para no superar el umbral. Veremos que, a lo largo de los entrenamientos, las ppm irán bajando y podremos ir subiendo la velocidad a la que corremos sin cansarnos.
Esto también nos sirve para saber la energía con la que contamos, como si fuera la batería de nuestro teléfono. Si estamos corriendo por debajo de nuestro umbral, aguantaremos más tiempo sin cansarnos. Mientras que, en los últimos metros podremos hacer un sprint o subir el ritmo, ya que el resto de la carrera lo hemos hecho por debajo de nuestro umbral.
En definitiva, es un entrenamiento para conocer nuestros límites, nuestro estado de forma y para saber cuándo podemos rodar más rápido en una carrera.
Entrenar por sensaciones
Entrenar por pulsaciones o por sensaciones es muy distinto. Si bien en el primer caso todo es mecanizado. En el segundo es todo lo contrario. Sin embargo, las finalidades de ambos entrenamientos son distintas. Por eso, hemos advertido que son complementarios y qué en función de nuestros objetivos elegiremos un entrenamiento u otro.
En el entrenamiento por sensaciones no nos vamos a marcar ningún parámetro. Es un tipo de entrenamiento recomendable cuando queremos volver a empezar a hacer deporte después de un tiempo inactivos. También es recomendable cuando estamos volviendo de una lesión y, sobre todo, para los principiantes en el running.
Es un entrenamiento en el que corremos a ritmo libre, sin fijarnos ni en el tiempo ni en la distancia. Correremos hasta que nos cansemos y al ritmo que nuestro cuerpo aguante mejor. Nos puede servir cuando llevemos un tiempo siguiendo entrenamientos mecanizados o como hemos dicho antes tras largos periodos de inacción.
¿Por qué es bueno este entrenamiento?
Sobre todo, porque es una forma de hacer deporte sin presión, sin estrés, sin seguir parámetros y sin estar pendientes de los objetivos. Es correr por placer. Una forma de hacer deporte siguiendo lo que nuestro cuerpo nos vaya marcando. Nos ayuda a conseguir un ritmo estable sin tener que utilizar pulsómetros u otros dispositivos.
Para aquellos que han estado lesionados es más que recomendable este tipo de entrenamiento. Entrenar por sensaciones es una previa antes de comenzar los entrenamientos marcados o bien una manera de desconectar de la rutina de las sesiones mecanizadas.
¿Cuándo elegir entrenar por pulsaciones o por sensaciones?
Si queremos preparar una media maratón, una carrera, o simplemente mejorar los tiempos. Lo recomendable es optar por el entrenamiento por pulsaciones porque nos ayuda a mejorar y a conocer el rendimiento. Si bien lo que queremos es empezar a correr, volver a hacerlo o desconectar de las sesiones mecanizadas. Lo mejor es el entrenamiento por pulsaciones en el que haremos lo que nuestro cuerpo vaya pidiendo.